Ejemplos de radioisótopos
Para saber qué es, para los expertos en Física, un radioisótopo, comprender la noción y hallar ejemplos de ellos, lo primero que se debe hacer es recordar la definición de isótopo.
Un isótopo, dicen quienes trabajan con elementos químicos, es aquel elemento que posee una misma cantidad de protones pero un número diferente de neutrones. Estas unidades se localizan en la misma zona de la tabla periódica y se caracterizan por tener propiedades químicas iguales. Ahora que ya recordamos este concepto, estamos en condiciones de señalar que un radioisótopo es el isótopo con características radiactivas de un determinado elemento químico.
Si bien determinados radioisótopos se encuentran en estado natural en nuestro entorno (y permiten, por ejemplo, trazar una cronología arqueológica y establecer fechas de acontecimientos de carácter geológico) otros, como el caso de los radioisótopos sintéticos, surgen a partir de reacciones nucleares.
De su aprovechamiento cotidiano se deduce que los radioisótopos sirven como fuente de energía en diferentes contextos pero también son valorados por la Medicina por sus aplicaciones en materia de estudios y tratamiento (ayudan, por citar un caso concreto, a la hora de identificar los vasos sanguíneos que un organismo tiene bloqueados y para esterilizar materiales destinados al área hospitalaria o reservados para su utilización en el quirófano) y por el campo de la Ciencia en general por ser útiles a la hora de llevar a cabo múltiples experimentos y procesos de investigación (se han destinado, por describir algunas circunstancias, al control de plagas y a garantizar la conservación de un alimento).