Ejemplos de recursos literarios
Una gran cantidad y variedad de recursos nos permiten llevar a cabo múltiples acciones, tales como enseñar y aprender, trabajar, hacer inversiones de dinero, aprovechar la naturaleza y hasta expresarnos. La oferta que tenemos a disposición es interesante y vale la pena descubrirla en profundidad para sacarle el máximo provecho posible.
Los recursos literarios, por señalar una alternativa a modo de referencia, le permiten a quien desea elaborar un texto darle un estilo propio a dicha creación. De querer estimular los sentidos, por ejemplo, se puede apelar a las imágenes sensoriales a través de vocablos relacionados a la vista (“La luminosa esfera hacía brillar las amplias, verdosas y perfectamente cuidadas extensiones del terreno, una superficie inmensa donde unas pequeñas pero vistosas flores aportaban una exquisita pincelada de color”), al oído (“El silencio se interrumpió con una voz aguda pero delicada que, casi en un susurro y de manera pausada, trataba de develar un secreto guardado durante años…”), al tacto (“El paso del tiempo le había dejado los dedos arrugados, agrietados, finitos y ásperos, pero los años no habían logrado quitarle calidez a sus manos”), al gusto (“Una deliciosa comida caliente en días fríos; un jugo frutal dulce y helado para combatir el calor y un rico postre casero son muestras de amor”) y al olfato (“Ese aroma floral le trajo a la memoria el exquisito perfume de su abuela, una fragancia fresca a base de jazmín que ella se ponía antes de dormir”).
La anadiplosis (“Lo que necesitamos es fuerza / fuerza para aceptar, luchar, cambiar…”), el asíndeton (“Llegué, escuché, partí…”) y la hipérbole (“Mi felicidad es tanta que ni siquiera alcanza el cuerpo de un gigante para contenerla”) son otras opciones enmarcadas en el grupo de los recursos literarios.