Ejemplos de redundancia
Cada vez que se repite o se utiliza en exceso una palabra o idea, así como cuando abunda algo, se advierte un caso de redundancia.
La redundancia lleva a aclarar o a mostrar elementos en demasía, siendo innecesaria esa intención de reiterar o excederse con una acción o mensaje. La existencia de al menos un término redundante en una oración se conoce como pleonasmo.
Es redundante, por señalar algunas posibilidades, indicar que alguien “subió arriba” (si ascendió, la dirección no puede ser para abajo) o que el perro “salió afuera” (no es posible que se vaya adentro). Bastaba con señalar que subió o que salió para entender, respectivamente, las situaciones.
Mucha gente suele apelar, por otra parte, a la expresión “valga la redundancia” para remarcar la reiteración de contenidos. Oraciones como “El muerto falleció, valga la redundancia, ayer por la noche en su propio hogar” y “El jurado del certamen va a estar presidido, valga la redundancia”, por el presidente de la Academia Croata de Literatura demuestran la aplicación de esta frase de uso común.
“Me gusta comer comida”, “Prohibido ingresar adentro con el torso desnudo”, “El recién nacido nació hace poco”, “El paseador lo llevó a dar un paseo”, “Lo vio con sus propios ojos”, “Me perdoné a mí misma”, “Yo mismo confirmé la información”, “Ambos dos tienen la culpa de lo que ha ocurrido”, “El acusado no tenía antecedentes previos” y “La joven tuvo una sorpresa inesperada: sus amigos le festejaron el cumpleaños con una hermosa fiesta” son otros ejemplos que demuestran qué y cómo es la redundancia.