Ejemplos de relativismo
Quienes se especializan en Filosofía o tienen conocimientos avanzados sobre esta disciplina emplean el concepto de relativismo para describir a una doctrina que sostiene que el saber humano no se orienta hacia lo absoluto sino que depende de vínculos, asociaciones y criterios donde entran en juego cada contexto y el valor subjetivo de algo.
Para quienes defienden esta postura, no hay verdades objetivas ni acciones positivas o negativas (representadas por los sentidos del bien y el mal) absolutas: todo, entonces, es considerado como relativo.
Cuando uno investiga esta idea y recopila información para determinar su alcance o sus aplicaciones específicas, encuentra categorías como las de relativismo moral, relativismo cultural, relativismo cognitivo y relativismo lingüístico.
Claro que, así como hay muchas personas que defienden la postura relativista, hay quienes se oponen a esta teoría. Meses atrás, por ejemplo, el Papa Francisco apuntó contra el principio de esta doctrina al pedir que la humanidad abandone la idea de que “no existe nada definitivo” y se vuelque a la fe “a tiempo completo” porque no sirve considerarse cristiano de acuerdo a conveniencias propias o en base a circunstancias apremiantes.
Más allá de la cuestión religiosa, hay que decir que un gran número de personas a nivel mundial tiene, en la actualidad, una visión relativista, que los lleva a despojarse de principios o teorías y permitirse evaluar cada situación de acuerdo a sus convicciones o, dicho de otra manera, a su verdad y a su modo particular de entender la realidad según los contextos o intereses personales de cada caso.