Ejemplos de remedios caseros
Cuando alguien se enferma o presenta un cuadro que requiere ser tratado con medicación, entran en juego los remedios. De acuerdo a la gravedad de cada caso y los síntomas experimentados por quien necesita atención, el profesional de la salud será quien indique qué tomar, cada cuántas horas y durante qué periodo de tiempo.
Si el panorama no amerita consultar al médico por tratarse de una simple molestia en la garganta, un dolor de muelas o una incomodidad similar, los remedios caseros pueden ayudar a recuperar el bienestar. De todos modos, más allá de la administración de preparados o soluciones domésticas que pueden llegar a complementar un tratamiento con fármacos, siempre es aconsejable acudir a un experto en Medicina, sobre todo cuando existe una diversidad de síntomas o antecedentes que podrían complicar la salud y desembocar en un problema serio.
Como parte de las alternativas prácticas y naturales que se consideran remedios caseros se pueden citar propuestas como las de hervir agua con una cucharada de orégano para luego colarla y agregarle tanto miel como el jugo de medio limón antes de tomar la preparación para combatir la tos, así como también la de tomar leche caliente con miel para el dolor de garganta.
Para evitar o minimizar la caída del cabello, por otra parte, se recomienda aprovechar los beneficios de la aloe vera. En este sentido, hay quienes aconsejan mezclar el acondicionador con pulpa de esta planta para aportar fuerza, brillo y suavidad al pelo, mientras hay otros que licuan con algo de agua algunas hojas de la planta para después aplicar el gel obtenido a modo de shampoo.