Ejemplos de respuestas
Toda respuesta surge a partir de una inquietud manifestada por medio de una pregunta, en base a una demanda que obliga a actuar de algún modo y como contestación a una consulta, necesidad o acercamiento por parte de alguien.
Como se puede apreciar con sólo repasar las definiciones de este concepto y prestar atención a situaciones cotidianas, una respuesta no es simplemente el resultado de un interrogante.
Hay respuestas que tienen que ver con la reacción de un organismo frente a un tratamiento médico (“El paciente está grave pero responde bien al tratamiento”), respuestas en frecuencia vinculadas a la reproducción o grabación de audios y respuestas entendidas como reacciones contextualizadas en un protocolo o forma de actuar (“Las rápidas respuestas del personal policial y de los Bomberos Voluntarios ante la emergencia salvaron muchas vidas humanas”).
Claro que, desde su interpretación más simple, las respuestas pueden enmarcarse en varias categorías de acuerdo a cómo se resuelva una duda o se brinde la información solicitada a través de una pregunta. En este sentido, no se puede dejar de mencionar la existencia de respuestas afirmativas o negativas (“Sí, estoy enamorada”, “No, no es cierto ese rumor”); de respuestas correctas o incorrectas (“El resultado de dos más dos es cuatro”, “La palabra ‘rinoceronte’ se escribe con Z”; de respuestas ingeniosas (“Sí, todavía estoy durmiendo pero puedo contestarte…”); de respuestas formales e informales (“Exacto señor, la reunión es a las 9 horas”, “Obvio, me encanta tu onda”) ni de las respuestas evasivas (“Ahora no puedo hablar, después te llamo”), por enumerar algunas de las clases de respuesta más comunes a nivel general.