Ejemplos de reutilización
Al volver a usar algo o al reaprovechar materiales, bienes y recursos, entra en juego el concepto de reutilización. En la vida cotidiana, muchos productos (tales como el papel, el cartón, el aceite, el vidrio, etc.) pueden ser reutilizados.
La reutilización, según se deduce de la realidad, es una práctica beneficiosa a nivel ecológico, económico y social porque no sólo invita a disminuir el nivel de basura generada a diario sino también a utilizar la imaginación para aprender a darle un nuevo uso a algo que ya hemos aprovechado y, de este modo, ahorrar costos al reciclar.
Antes de arrojar al cesto de residuos una botella plástica, por ejemplo, conviene analizar la opción de reutilizarla como maceta (cortándola por uno de sus extremos), de decorarla y reservarla como florero o bien de armar con ella un porta-lápices artesanal.
La reutilización del papel, por su parte, permite aprovechar cada espacio en blanco que quede libre en la hoja en cuestión para realizar anotaciones (en el caso de los volantes publicitarios entregados en la vía pública, por lo general se puede escribir detrás de la cara impresa) y hacer pequeñas figuras para adornar un espacio del hogar (la técnica del origami, por ejemplo, es una buena alternativa). Asimismo, se pueden reutilizar viejas maderas para convertirlas en un mueble, en un juguete o en la base de apoyo de un electrodoméstico.
Como resulta evidente, si apelamos al ingenio y reservamos algo de nuestro tiempo al reciclaje, son infinitas las posibilidades de reutilización que podemos darle a elementos que ya no sirven en su presentación original pero que, en vez de convertirse en basura, pueden tener una vida útil más extensa como materia prima de un nuevo y original objeto.