Ejemplos de rumiantes
Los expertos en Zoología consideran que todos los mamíferos que consumen vegetales, rumian y poseen un estómago segmentado en cuatro cavidades son parte del conjunto de los rumiantes.
A diferencia de otros animales, los rumiantes hacen la digestión en dos partes: primero los tragan y después regurgitan el alimento, lo vuelven a masticar y lo combinan con saliva para poder disminuir el tamaño del bolo y permitir que éste complete su paso por el tracto gastrointestinal y pueda ser expulsado en condiciones normales.
De buscar ejemplos concretos que ayuden a conocer o a recordar qué especies se describen como rumiantes no basta con hacer una alusión general a los caprinos, los bovinos, los cérvidos y los ovinos. Lo interesante (y fácil de tener presente a lo largo del tiempo) es mencionar como parte de este conjunto a los toros, las cabras, los carneros, los ciervos, los antílopes y a las ovejas.
Un caso especial es el de los camélidos, ya que si bien algunos especialistas consideran que los camellos, las llamas y otros animales similares deberían ser definidos como rumiantes porque rumian, otros expertos marcan una diferencia entre estos exponentes y el resto de las familias del grupo por no encontrar en ellos las características típicas de los rumiantes. La falta de cuernos, así como la falta de un pre-estómago aglandular y no estar contemplados por el taxón Ruminantia son detalles que se tienen en cuenta a la hora de defender la idea de que los camélidos no son rumiantes sino pseudorrumiantes.