Ejemplos de sabores
El sentido del gusto nos permite detectar sabores, aunque resulta interesante tener presente que esta palabra con origen en el vocablo latino sapor no se relaciona exclusivamente con la sensación que ciertos líquidos y productos comestibles nos dejan en la boca.
También se habla de sabor para describir al efecto que algo genera en nuestro estado de ánimo (“Su visita me dejó un sabor amargo, yo tenía otras expectativas”), así como para remarcar el rasgo que hace que una cosa se asemeje a otra (“Es un chocolate de sabor tradicional”). De igual modo, se suele aprovechar la noción para hacer alusión a una voluntad, pretensión o deseo.
Ahora que ya repasamos la teoría, complementaremos la información con ejemplos prácticos a fin de ayudarlos a conocer más en detalle las múltiples aplicaciones de este concepto.
“Sentí que ese beso tenía sabor a despedida”
“Me atrae el sabor de lo prohibido, lo disfruto a todo momento”
“Los helados más novedosos no erradicaron a los sabores más tradicionales: chocolate, dulce de leche y frutilla siguen vigentes”
“Es una bebida de sabor frutal, recomendable para grandes y chicos”
“Comercializamos golosinas para mascotas de distintos sabores”
“Consulté al médico porque tengo un sabor feo en la boca, como un gusto metálico”
“Me encantan los caramelos con sabor a miel”
“El desafío es combinar ingredientes para obtener un sabor único, desconocido e irresistible”
“No pude comer el jamón: tenía olor fuerte y un sabor feo, no estaba en buenas condiciones”
“Crearon un chicle con sabor a cerveza”
“La localidad organizó una feria gastronómica para popularizar los sabores autóctonos”