Ejemplos de sanciones escolares
En todo establecimiento educativo, como sabrán por experiencia propia, existen reglamentos, pautas y normas de convivencia que exceden a los programas de estudio de cada institución. No importa qué régimen tenga el colegio o qué modalidad de enseñanza ofrezca: en todos se busca la armonía, el respeto y el cumplimiento de ciertas cuestiones para evitar conflictos.
Cuando algún precepto o principio es burlado por un alumno o éste infringe alguna norma de la entidad a la que asiste, entonces entran en juego las sanciones escolares.
Si bien la idea de imponer una sanción es criticada por algunos sectores de la sociedad que consideran que aplicar un castigo no es la vía para generar un cambio o dejar una enseñanza en el educando, las sanciones escolares por cuestiones de indisciplina sí están permitidas siempre y cuando no vulneren ni atenten contra los Derechos del Niño.
Lo aconsejable es imponer, cuando la situación lo amerite, una sanción de tinte reparador para que el mismo que ocasionó el daño pueda remediarlo y aprenda del error cometido.
Realizar tareas por fuera del horario de clases a modo de correctivo, la obligación de llevar a cabo un trabajo práctico que obligue al alumno a investigar un tema específico para revertir ciertas conductas inadecuadas (por ejemplo, si el estudiante cometió un acto de discriminación u ofendió por alguna razón a un compañero) o concretar un proyecto solidario pueden ser parte de las medidas que se tomen a modo de sanción en función de la gravedad de cada hecho.