Ejemplos de seducción
El acto de seducir se conoce como seducción (palabra que deriva del vocablo en latín seductĭo).
Se trata, tal como se advierte al analizar múltiples casos prácticos de seducción, de una estrategia que busca cautivar a alguien por diversas razones y con múltiples fines. En este sentido, es interesante comprobar que no sólo se apela a la seducción para conquistar el corazón de un hombre o de una mujer: también se aprovecha este arte para atraer clientes, captar la atención de los consumidores y fascinar a los televidentes u oyentes.
Las armas de seducción son variadas: algunos aprovechan la mirada, otros seducen con la palabra y hay quienes creen que ciertos gestos y comportamientos son el mejor método para una seducción segura. Una sonrisa sugerente, llegar a una cita con una rosa para obsequiar a la otra persona, tener sentido del humor, un escote provocativo que insinúe pero no deje al descubierto la figura femenina y una pose sexy pueden ser recursos clave a la hora de iniciar o profundizar un proceso de seducción.
Como sabrán, a la hora de la seducción entran en juego muchos factores y estrategias. Por citar un caso hipotético para describir con precisión la idea de seducción: Fernando quiere seducir a Sofía, una compañera de la facultad. Para cautivarla y lograr que ella se fije en él, además de hacerla reir con sus ocurrencias la suele invitar a tomar algo, la pasa a buscar con su auto y llega hasta a regalarle, de manera sorpresiva, una caja de bombones con la excusa de “endulzarle las horas de estudio”. Su idea es mostrarse no sólo como caballero sino también como romántico, atento y divertido.