Ejemplos de símil
El vocablo en latín simĭlis ha servido de base al concepto que, hoy en día, conocemos como símil. Esta palabra, según reconoce la Real Academia Española (RAE), describe a un recurso retórico basado en realizar una comparación directa entre dos cosas a fin de ofrecer una idea concreta y específica de alguna de ellas, pero también se utiliza en la vida cotidiana como sinónimo de parecido o semejante. Como figura retórica, es frecuente encontrarla en materiales literarios del grupo de las epopeyas clásicas y de la poesía popular.
Si bien en varias ocasiones se acostumbra confundir a los símiles con las metáforas, es importante tener en cuenta que existen diferencias entre ambos elementos. Al respecto, hay que decir que la primera de las figuras mencionadas emplea términos como ‘que’, ‘cual’ y ‘como’ para establecer una relación entre dos conceptos, mientras que la metáfora, no.
En base a su definición teórica, a continuación enumeraremos algunos ejemplos de símiles que bien podrían ser hallados en textos literarios o en noticias reproducidas por algún medio de comunicación:
“Sus lágrimas cual lluvia torrencial inundaron su rostro”
“Tus frías manos como trozos de hielo me estremecen”
“Los barriletes como pájaros alzaron vuelo para surcar el cielo”
“Un instrumento barroco símil a los que hacían sonar los jesuitas”
“Los jugadores lucieron camisetas en rojo y blanco, un modelo símil al de su clásico rival”
“Fue considerado como una suerte de símil del sueño perseguido por su anciano padre”
“El elegante mueble, símil madera, se comercializa en veinte mil dólares”