Ejemplos de sistemas abiertos
Los sistemas donde se producen interacciones con diversos agentes químicos y se advierten influencias relacionadas a factores externos propios del entorno, se engloban en la categoría de sistemas abiertos.
Si prestamos atención a fenómenos de nuestra vida cotidiana, no tardaremos en comprobar que, aunque no sepamos que se describen con esta expresión, a diario nos valemos de sistemas abiertos con múltiples propósitos.
Cuando cargamos combustible a un coche y lo hacemos funcionar y desplazar, por describir un hecho puntual y fácil de reconocer por todos los lectores, estamos frente a un sistema abierto ya que, con su motor en marcha, el vehículo realiza intercambios de materia y energía.
La cocina es otro espacio donde podemos ser testigos de un sistema abierto. Con sólo poner a calentar una olla con agua sin tapar el recipiente, estamos en condiciones de observar una combinación de calor y cambios de estado. En este sistema abierto, el fuego genera calor, con este aumento de la temperatura el agua modifica su estado al transformarse en vapor y éste, al ascender y traspasar los límites de la olla, se dispersa por el ambiente.
De profundizar en las aplicaciones de los sistemas abiertos, incluso podremos proponer como alternativa al aparato respiratorio, que por su modo de funcionar está abarcado por la definición de sistema abierto. Esto ocurre debido a que los seres vivos, como sabrán muchos de ustedes, tomamos del medio el oxígeno que necesitamos para subsistir (es decir, para poder realizar funciones esenciales y tener energía para mantenernos activos y en buen estado) y le devolvemos al entorno los desechos.