Ejemplos de situaciones problemáticas
Nadie está exento de enfrentar, en cualquier ámbito de su vida, una situación problemática.
Los problemas pueden aparecer con frecuencia en el hogar por conflictos familiares (discusiones diarias de los padres con una hija adolescente que no quiere estudiar y pasa largas horas frente a la computadora, peleas y maltratos protagonizados por un matrimonio); en el entorno laboral por discordias con jefes, compañeros o clientes; en el barrio a partir de un enfrentamiento con algún vecino… Como resulta evidente, a todo momento podemos enfrentar una situación problemática que nos exige actuar o reaccionar de la manera más adecuada posible para poder resolver la cuestión y superar el trance.
En una institución educativa, por ejemplo, los directivos y maestros se enfrentan a diario con múltiples circunstancias problemáticas, de gravedad variable. Por enumerar algunas posibilidades a modo de referencia: un niño violento en el aula que pone en riesgo a sus compañeros con sus ataques; la discriminación grupal hacia un/a alumno/a; un estudiante que asiste a la clase borracho o drogado; casos de chicos que se distraen, molestan a los demás o buscan llamar la atención a cualquier costo como reacción ante el divorcio de sus padres, etc.
En una empresa, en cambio, las situaciones problemáticas pueden dispararse por un mal vínculo entre compañeros o jefes y empleados (así surgen inconvenientes de desempeño, se registra un gran nivel de ausentismo), incumplimientos en materia de pago (sueldos adeudados que generan fastidio y hasta rebeldía en los empleados, por ejemplo) o por problemas de infraestructura (que complican las tareas, ponen en riesgo a los trabajadores).