Ejemplos de tangible
Para distinguir sin riesgo a equivocaciones lo tangible frente a lo intangible basta con recordar que lo tangible es todo lo que puede reconocerse por el tacto, individualizarse con precisión y ser contado en el marco de una enumeración.
Nuestras manos son fundamentales para percibir el mundo que nos rodea: aquello que sea imposible de retener con nuestros dedos por su naturaleza abstracta, será considerado intangible.
Ahora que aclaramos la cuestión teórica, estamos en condiciones de establecer que en el conjunto de lo tangible aparecen útiles escolares como los lápices, las reglas y las gomas de borrar; utensilios de cocina como el rallador, el batidor y los cucharones; implementos para hacer deporte como pelotas, redes, raquetas, bicicletas y sogas; productos de limpieza como escobas, plumeros, esponjas y trapos de piso; ingredientes para cocinar como las aceitunas, los quesos, los huevos, las papas, las cebollas y las frutas… Sin dudas, existe una amplia variedad de elementos tangibles.
De no ser suficientes los ejemplos incluidos en el párrafo anterior, podemos considerar también dentro del grupo de las cosas tangibles a los muebles y elementos decorativos de nuestra casa (espejos, mesas, relojes de pared, camas, cuadros, sillas), a la ropa, accesorios y calzado que lucimos a diario (pantalones, anillos, aros, collares, sweaters, blusas, zapatillas, camisas), a los volúmenes que se pueden encontrar en una biblioteca, a los artículos que adquirimos en el supermercado (desde comestibles hasta productos de higiene personal) y a los juguetes de nuestros hijos (muñecas, pelotas, coches, osos de peluche), por citar otras alternativas.