Ejemplos de temperatura
Nuestro sentido del tacto nos permite determinar de inmediato la temperatura de un objeto pero, a veces, se hace necesario el uso de dispositivos específicos para establecer la temperatura de ciertos lugares, fluidos, etc.
Al tocar una botella recién sacada de la heladera, por ejemplo, logramos saber que su temperatura es baja (sin saber a cuántos grados está, podemos considerarla fría), mientras que si intentamos tocar sin protección una fuente recién salida del horno pronto advertiremos que allí la temperatura es alta porque nos quema.
La temperatura es un indicador que siempre tenemos en cuenta al salir de nuestros hogares rumbo a la oficina, al colegio o a cualquier destino que tengamos. Cuando los meteorólogos nos informan que la temperatura está por debajo de los 2º, por describir una posibilidad, es fundamental salir bien abrigados para no enfermarnos ni sufrir las consecuencias de estar expuestos a las bajas temperaturas. De igual modo, elegimos ropa liviana y cómoda cuando la temperatura es sofocante y roza, por citar una alternativa posible, los 45º.
Frases como “mi hijo levantó temperatura durante la noche” o “al abuelo aún no le baja la temperatura”, por otra parte, refieren a la fiebre, un síntoma que puede aparecer a cualquier edad y dar cuenta de un proceso infeccioso.
“Conservar a temperatura ambiente”, en cambio, es una leyenda muy común en ciertos envases que le informan al consumidor que ese producto, para mantenerse en buenas condiciones aún antes de la fecha de su vencimiento, no debe estar expuesto ni al frío ni al calor.