Ejemplos de tentaciones
En la vida cotidiana, cada uno de nosotros tiene a diario diferentes tentaciones, algunas de las cuales intenta frenar para evitar daños o problemas a corto, mediano o largo plazo.
Las tentaciones, es decir, los estímulos que nos llevan a desear algo o a hacer una determinada cosa en lugar de otra (como tener la tentación de ver la televisión cuando se debe estudiar y hacerle caso a ese impulso o no resistirse a la tentación de consumir alcohol cuando uno sabe que no debe hacerlo por su responsabilidad al conducir un vehículo), suelen estar vinculadas a las propuestas gastronómicas (un postre de apariencia deliciosa repleta de dulce de leche, crema y chocolate, por ejemplo, puede constituir una verdadera tentación), a cuestiones de índole sexual (hay adultos que pueden tener la tentación de ser infieles, por detallar una opción común) y a temáticas religiosas (yendo en contra de las reglas de la fe, dejándose seducir por el demonio para cometer pecados), por ejemplo.
Como se desprende de la realidad, muchas tentaciones se relacionan a hábitos no saludables o a acciones que nada tienen que ver con los principios o las buenas costumbres. Así sucede cuando alguien dice sentir la tentación de fumar o admite hacer esfuerzos para no caer en la tentación de probar las drogas, así como también hay gente que experimenta la tentación de robar y jóvenes que se dejan guiar por la tentación de hacer rebeldías y entonces, en este marco, faltan al colegio sin avisarle a sus padres, siendo menores de edad se tiñen el pelo o se hacen un tatuaje sin autorización de un mayor, etc.