Ejemplos de tridecasílabos
Si bien en idioma español no se suele tener en cuenta a la hora de crear contenidos poéticos, por cuestiones de cultura general es importante saber que el concepto de tridecasílabo identifica a un verso de arte mayor conformado por trece sílabas.
Al buscar casos específicos que permitan comprender qué y cómo es esta clase de composición, encontramos como referentes a escritores como la autora cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda y su colega naturalizado argentino Ricardo Jaimes Freyre. La primera, identificada con el romanticismo, en “Noche de insomnio y el alba” hizo uso del tridecasílabo para darle forma a “Yo palpito tu gloria mirando sublime”. Freyre, un referente del modernismo, aprovechó el tridecasílabo en su obra poética titulada “El canto de mal”.
Claro que no son los únicos intelectuales que han puesto a prueba su ingenio para enriquecer al conjunto de los tridecasílabos. El dramaturgo, traductor y escritor español Agustín García Calvo, por ejemplo, también empleó esta modalidad de verso al traducir “Sonetos” de William Shakespeare.
El tango “Adiós, muchachos, compañeros de mi vida” que popularizó Carlos Gardel, la obra que el mexicano Enrique González Martínez bautizó como “La canción de la vida” y la “Alabanza poética de un toro” desarrollada por el poeta argentino Francisco Luis Bernárdez, por agregar más referencias, son otros textos donde se advierte la existencia de tridecasílabos.
Como se deduce al repasar los párrafos anteriores, existe en la literatura en español una amplia variedad de opciones a tener en cuenta al momento de querer recopilar muestras de tridecasílabos.