Ejemplos de trípticos
El concepto de tríptico halla su origen en un vocablo griego que se traduce al español como ‘triple’. En base a este indicio, es sencillo deducir que esta palabra hace referencia a algo segmentado en tres porciones, pero para evitar cometer errores de interpretación, mejor apelemos a la definición oficial del término.
Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la idea de tríptico posee tres acepciones. La primera presenta a la noción como la denominación que recibe una tabla o superficie de papel o cartón con tres divisiones de las cuales las dos de los extremos se doblan hacia el medio. La segunda, en cambio, la reserva para la descripción de un tratado, libro o manual compuesto por tres partes, mientras que la tercer definición habla del tríptico de modo similar al del primer caso, ya que lo define como todo relieve, dibujo, grabado o pintura desarrollado en tres láminas articuladas entre sí que pueden ser dobladas para una mejor presentación y una menor ocupación del espacio.
Es tan amplio el significado de esta palabra que, en la vida cotidiana, no existe una única clase de objeto que pueda ser considerado un tríptico. A lo largo de la historia, por ejemplo, se han desarrollado obras de arte sobre tres paneles que forman una misma estructura debido a las bisagras que los mantienen unidos (es decir, un tríptico de carácter artístico), pero también hay accesorios (piezas de bijouterie y joyas) diseñados a modo de tríptico.
En el ámbito publicitario, por otra parte, los trípticos consisten en folletos por lo general de tamaño medio que, al desplegarlos, dejan al descubierto sus dobleces y, con ellos, las tres partes donde puede haber, según el caso, información y/o fotografías.