Ejemplos de ultraísmo
En 1918 se oficializó en territorio español un movimiento enmarcado en la actividad literaria que se caracterizó por nuclear a poetas tanto de España como de Hispanoamérica que buscaban renovar el ejercicio poético para despojarlo de sentimentalismo, adjetivaciones innecesarias, expresiones rebuscadas y rimas, entre otras cuestiones. Esta corriente vanguardista se conoció con el nombre de ultraísmo y tuvo entre sus principales exponentes a figuras como Gerardo Diego, Juan Larrea, Lucía Sánchez Saornil, Rafael Cansinos-Assens y Guillermo de Torre.
Los primeros ultraístas, según se advierte al revisar archivos e indagar en las actividades de este movimiento, firmaron un manifiesto que apareció por primera vez a comienzos de 1919, en las páginas de la revista “Grecia”. A partir de 1921, el grupo adoptaría como órgano de difusión de bases, pensamientos, textos y acciones a la publicación de origen español bautizada, simplemente, como “Ultra”.
Con el paso de los años, escritores de distintas generaciones comenzaron a exhibir un perfil ultraísta, tal como ocurrió por citar un ejemplo concreto con Jorge Luis Borges. Este destacado autor argentino, creador de obras como “Hombre de la esquina rosada”, “Fervor de Buenos Aires”, “Ficciones” y “Funes el memorioso”, desarrolló una antología poética de esencia ultraísta y fue uno de los responsables de “Proa”, una revista lanzada a mediados de 1924 en la cual participaron también intelectuales como Pablo Rojas Paz y Ricardo Güiraldes.
Pese a haber trabajado mucho para enriquecer al ultraísmo, con el tiempo Borges expresó su arrepentimiento por haber sido parte de una experimentación literaria impulsada por una “secta”, tal como llegó a definir a los ultraístas.