Ejemplos de uniones metálicas
Para poder reconocer casos de uniones metálicas y las particularidades que poseen, primero es fundamental saber qué dice la teoría en relación a este tema. Al buscar información al respecto, descubrimos por ejemplo que en estas estructuras los electrones móviles o libres y los núcleos de los átomos metálicos están vinculados a partir de una fuerza de atracción electrostática que se extiende en todas las direcciones, generando que el metal pueda adquirir múltiples formatos, ser maleable y tener dureza.
Al observar el nivel de resistencia que presentan, podemos diferenciar a las uniones metálicas de resistencia total (aquellas que poseen una capacidad de carga superior o equivalente respecto a la del componente más débil) y a las uniones metálicas de resistencia parcial (donde la capacidad de carga no supera a la del elemento más débil).
Aquellas uniones metálicas que muestran resistencia a esfuerzos de flexión, por otra parte, pueden ser rígidas (en las cuales el giro del nudo coincide con el de las barras unidas a él y conservan los ángulos formados entre sí por las piezas enlazadas), semirrígidas (aquellas de carácter flexible en las cuales se genera un giro relativo entre las barras unidas al nudo) y simples (las cuales actúan como uniones articuladas donde la barra se conecta al nudo sin limitar sus giros).
A nivel cotidiano, podemos encontrar y utilizar diversas clases de uniones de carácter metálico para sujetar y ensamblar tirantes de madera, para bandas transportadoras, para embalajes y para tuberías, por señalar algunas posibilidades comunes de uso de este tipo de uniones.