Ejemplos de vanidad
En la vida cotidiana se suele vincular la vanidad con la arrogancia o engreimiento que puede evidenciar una persona por diferentes motivos. Para que resulte sencillo comprender este concepto sin necesidad de profundizar en la teoría, en los párrafos siguientes describiremos perfiles de gente vanidosa y situaciones propias de casos de vanidad.
Una mujer que prioriza su apariencia estética, gasta considerables sumas de dinero para mejorar su aspecto físico y tiene la costumbre de publicar fotografías suyas en redes sociales para que sus amigos y familiares aprecien su belleza, por ejemplo, puede llegar a ser criticada por su vanidad.
Claro que la vanidad no es exclusiva del género femenino: hay hombres que dan muestras claras de vanidad al ser muy exigentes con su imagen. A la par de muchas mujeres, ellos están pendientes de su look, cuidan su piel con cremas, van al gimnasio para mostrar un físico trabajado y llegan a convencerse de que se han vuelto irresistibles para el sexo opuesto. Varios de ellos, presos de su vanidad, consideran que nadie sería capaz de rechazar a alguien que, además de ser atractivo, tiene inteligencia y un buen pasar económico.
Un cantautor, asimismo, puede ser acusado de ser vanidoso por creerse superior a sus colegas, tener actitudes de estrella, alabarse a sí mismo por sus logros profesionales, dar muestras de soberbia frente a los periodistas por estar convencido de que no necesita publicidad ni dar entrevistas para conseguir la atención de sus admiradores, hacerse el rebelde rechazando premios por ser galardones que “no están a su altura”, etc.