Ejemplos de variables discretas
A diferencia de otras clases de variables, las denominadas discretas se caracterizan por abarcar determinados valores que pertenecen a un cierto conjunto numérico. De acuerdo a la teoría, entre los valores de una variable discreta que son potencialmente observables hay una separación que no puede llegar a completarse con valores intermedios, marcando entonces la existencia de un valor no observable entre dos registros.
En la práctica, para comprender qué y cómo es una variable discreta se puede analizar, por proponer una posibilidad, la cantidad de personas que asisten a una fiesta y que se quedan, o no, hasta el final del evento: al sumar los asistentes se llegará a resultados específicos (números enteros) que pueden ser, según corresponda, 40, 100, 130, 150, 201 o 253, pero nunca se arribará a conclusiones de mitades: es imposible que haya tres invitados y medio, por ejemplo. Otro caso que sirve como muestra de aplicación: del total de clientes que tiene una empresa, las variables discretas podrán establecerse en función de la cantidad de ellos que, en un periodo determinado, realizan un pedido (pueden ser 3, 10, 16, 68 o 134).
En Lógica Matemática, por otra parte, se reconoce como variable discreta a la variable sentencial o proposicional, la cual puede considerarse como verdadera o falsa en función de las particularidades que presente en cada oportunidad.
La magnitud física que los expertos en Física de Partículas conocen bajo la denominación de helicidad, asimismo, está considerada como una variable discreta porque únicamente puede adoptar un número de valores finito.