Ejemplos de velocidad
Todo objeto que se mueve (ya sea por impulso propio o con ayuda externa) alcanza, mientras dura el movimiento, una cierta velocidad. Un automóvil, por ejemplo, puede cubrir trayectos largos en poco tiempo si quien lo conduce opta por acelerarlo a gran velocidad. Asimismo, un jugador de fútbol puede imprimirle a la pelota una velocidad extraordinaria si le pega con fuerza en su intento por convertir un gol.
Ejemplos concretos que permiten apreciar el significado de velocidad hay muchos, pero antes de agregar otros resulta interesante conocer qué dice del concepto la Real Academia Española (RAE). Al consultar su diccionario, lo primero que se descubre es que este vocablo deriva del latín velocĭtas y que son varias las acepciones reconocidas para él.
En este marco, se puede entender que velocidad es tanto un estado de aquello que alcanza celeridad como una clase de magnitud física que permite expresar el trayecto que recorre un elemento medido en metro por segundo.
De igual manera, puede emplearse para hacer referencia a las alternativas de posición incluidas en una caja de cambios y a las variaciones que pueden detectarse en un determinado fenómeno.
En la vida cotidiana, como sabrán, es frecuente hablar de la velocidad a la que va un medio de transporte (tren, barco, colectivo, etc) pero también de la velocidad de Internet (cuánto tarda un equipo en transferir archivos) o de la que alcanza una persona o animal al correr. Ya en ámbitos más especializados, es posible escuchar comparaciones con la velocidad de la luz.