Ejemplos de verbos regulares
El conjunto de verbos que se conoce como regular se diferencia de los irregulares por no exigir variaciones de raíces ya que, con ellos, sólo cambian las desinencias debido a que la conjugación se ajusta a tres paradigmas: la primera conjugación (infinitivos terminados en –ar), la segunda (-er) y la tercera (-ir).
De acuerdo a esta particularidad, puede decirse que esta clase de vocablos se reconoce y se distingue de los irregulares porque respetan las reglas de conjugación de tres tiempos clave: el presente del modo indicativo, el pretérito perfecto simple del indicativo y el futuro simple del modo indicativo.
Si se conjuga el verbo sacar, por ejemplo, se obtendrían resultados como: Yo saco, Tú sacas, Él saca, Nosotros sacamos, Vosotros sacáis, Ellos sacan. Lo mismo sucede con amar, llamar, rascar y atar, entre otros verbos.
En la segunda conjugación, por su parte, se encuentran verbos como temer (Yo temo, Tú temes, Él teme, Nosotros tememos, Vosotros teméis, Ellos temen), comer, toser y atraer, así como la tercera conjugación aglutina verbos como partir, salir, parir y latir.
En la vida cotidiana, por lo tanto, pueden surgir en base a los verbos regulares frases y expresiones como:
“Cristina publicará sus memorias en los próximos meses”, “Juan Pablo sacó una nota baja en el último exámen”, “Ulises y Renata llamaron al abogado para averiguar cómo proceder ante el escándalo que los involucra”, “No temas. Yo te cuidaré”, “Ellos salen a pasear todos los domingos”, “Su corazón ya no late”, “No creí que partirías tan rápido rumbo a Inglaterra”.