Ejemplos de volatilización
El proceso por el cual una determinada sustancia se volatiliza, es decir, se transforma de manera espontánea en vapor, se conoce con el nombre de volatilización.
Este fenómeno puede observarse y analizarse en un entorno cotidiano con sólo hacer foco en los estados del agua. Este compuesto vital para todos los seres vivos aparece en forma sólida (constituyendo hielo), en versión líquida, en modo plasmático y en estado de gas.
El agua que se acumula en la superficie de la Tierra, dicen los expertos en Física, llega al área atmosférica en forma de vapor (el cual surge por la transpiración de organismos vivos y a raíz de las evaporaciones directas) y vuelve al suelo mediante las precipitaciones.
De poner en contacto a un bloque de hielo seco con una ráfaga de aire, por ejemplo, se inicia un proceso de volatilización ya que se inicia la fase por la cual el sólido se transforma en vapor. Lo mismo ocurre si se expone a un desodorante de inodoros en forma de pastilla a temperaturas elevadas (prueba no recomendable para realizar en el hogar por la toxicidad de los componentes).
Claro que los experimentos que incluyen volatilización no se reducen a los mencionados en los párrafos anteriores, sólo que las pruebas que suponen un mayor grado de complejidad y exigen más precisiones técnicas y conocimientos científicos se llevan a cabo en laboratorios, con sustancias y equipamiento adecuado para cada ensayo. En este contexto aparecen, entre otras, las experiencias que permiten analizar cómo el nitrógeno se pierde a raíz de la volatilización del amoníaco en estado gaseoso.