Ejemplos de volcanes
Existen en distintos rincones de nuestro planeta estructuras geológicas que, al entrar en erupción, generan la expulsión violenta de cenizas, gases y materiales encendidos o derretidos procedentes del interior de la Tierra. A estas aberturas en la superficie se las conoce con el nombre de volcán.
Del análisis de estos cráteres se desprende la existencia de clasificaciones como volcanes extintos, volcanes durmientes y volcanes activos.
En la cuenca del río Loa (Chile), para ser más precisos en la Reserva Nacional del Alto Loa, es posible encontrar por mencionar un ejemplo al volcán Palpana. En la provincia argentina de Catamarca, asimismo, se localiza el volcán Antofagasta, en cuya base se ubica el sitio arqueológico conocido como Pucará de La Alumbrera. En los límites entre los territorios chileno y argentino, por otra parte, está el volcán activo Peteroa, de poco más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar.
De examinar el suelo italiano, encontraremos que frente a la bahía de Nápoles aparece el volcán activo de tipo vesubiano bautizado como Monte Vesubio. En las cercanías de Sicilia, además, se localiza un volcán submarino categorizado como inactivo que recibe el nombre de Empédocles.
Al observar las particularidades volcánicas de El Salvador, en tanto, adquiere relevancia el joven Volcán de Izalco, que según algunos expertos surgió hacia 1770, aunque otras versiones sitúan su origen hacia 1722 y hacen referencia a una erupción significativa producida en 1745.
Lejos de todas estas cuestiones geológicas pero inspiradas en la forma y actividad de estos volcanes naturales, aparece el delicioso postre definido como “volcán de chocolate”, una estructura esponjosa y húmeda de color oscuro que, al cortarla, despide de su interior chocolate en estado líquido.