Ejemplos de nivel culto
A la hora de hablar, lo hacemos de distintas maneras de acuerdo al contexto o a nuestros conocimientos. La lengua, por lo tanto, puede estructurarse en diferentes niveles. Por un lado, tenemos el nivel informal o coloquial, que es aquel que utilizamos de manera cotidiana y espontánea. El nivel vulgar, por su parte, incluye groserías, muletillas y una escasa cantidad de vocablos (debido a la poca formación o educación de la persona que lo emplea).
Otro nivel de la lengua es el nivel culto. Este modo de hablar es empleado por sujetos que disponen de una buena educación y que han alcanzado algún título académico. Al tratarse de individuos formados, la variedad de términos usada es amplia.
Mediante el nivel culto, la expresión siempre es ordenada y se desarrolla de manera conforme a las reglas sintácticas, ortográficas y gramaticales. Este nivel también permite proclamar conceptos abstractos.
Veamos algunos ejemplos del nivel culto de la lengua. Si un empresario llega a una oficina para reunirse con un posible socio comercial, es probable que apele a esta modalidad del habla y que se presente de la siguiente forma: “Buenos días, mi nombre es Juan Carlovetti. Tengo una reunión acordada con el Dr. Alberto Fulmio a las 11 horas: ¿podría anunciarle que ya he llegado, por favor?”. En otro contexto, la persona en cuestión podría usar el nivel informal y anunciar: “Hola, soy Juan. ¿Le dices/decís a Alberto que ya llegué”.
El nivel culto también puede aplicarse cuando un estudiante universitario conversa con un docente: “Profesor, me gustaría conocer su opinión sobre las teorías de Hobsbawn acerca del derrumbe del socialismo”, “En mi tesis, analizaré el impacto del transporte urbano en las costumbres de las golondrinas”.