Ejemplos de figuras literarias
Cuando, por motivos estilísticos o a fin de potenciar la expresividad o el sentido poético de una frase, las palabras se emplean de modo no convencional, se da forma al recurso que se conoce con el nombre de figura literaria.
Se trata de una de las herramientas fundamentales de la retórica que, desde tiempos remotos, ha sido muy empleada en el ámbito de la literatura.
De acuerdo a los expertos, existen numerosas clases de figuras literarias, las cuales, en función de sus características, se clasifican como figuras de pensamiento o bien como figuras de dicción.
Dentro del primero de los conjuntos mencionados aparecen alternativas que influyen sobre el significado de cada vocablo, tal como lo hacen las denominadas figuras lógicas (como el oxímoron y la paradoja), las figuras de amplificación (como la paráfrasis) y las de acumulación (epíteto, epífrasis).
Las figuras de dicción, en cambio, hacen hincapié en la estructura de cada término, aunque en ocasiones también repercuten sobre su significado. En este grupo aparecen la sinalefa y el apócope (entendidos como figuras de transformación), el hipérbaton (como figura de posición), la elipsis y la reticencia (nucleados en el conjunto de las figuras de omisión) y la aliteración, las onomatopeyas y el paralelismo, entre otros, como parte de los recursos conocidos como figuras de repetición.
Además de las mencionadas, se pueden citar como figuras literarias a la ironía (herramienta empleada para expresar una idea opuesta a la manifestada) y a las metáforas (recurso basado en la comparación de dos palabras para describir a ambas).