Ejemplos de primeros auxilios
Nadie está exento de sufrir un accidente ni de ser víctima de un problema de salud repentino, así como tampoco sabemos cuándo y en qué circunstancias podemos ser testigos de una situación donde la vida de otro individuo esté en peligro. Por esa razón, todos deberíamos informarnos, asesorarnos y recordar siempre qué son, cómo son y para qué sirven los primeros auxilios.
Bajo esta denominación, según se desprende de la teoría, se agrupan los procedimientos y las prácticas que pueden ayudar a mantener con vida o en buenas condiciones generales a alguien mientras llega la asistencia médica o se produce el traslado hacia un hospital.
Al aprender a realizar de manera correcta la denominada maniobra de Heimlich, por citar una alternativa, estaremos en condiciones de asistir de manera inmediata a quien sufra un cuadro de asfixia al atragantarse. De dominar las técnicas de RCP (sigla que refiere a la Reanimación Cardiopulmonar, un procedimiento que conjuga series de compresiones cardíacas y respiración boca a boca) y aplicarlas en cuanto se advierta que un bebé, niño, joven o adulto ha dejado de respirar, asimismo, en la mayor parte de los casos se podrá evitar el fallecimiento de la víctima.
Además de saber esta clase de cuestiones, es fundamental que en los hogares, las instituciones educativas y en todo espacio donde haya una concurrencia considerable de gente (como estadios, centros comerciales, etc.) siempre haya a disposición un botiquín de primeros auxilios equipado con guantes, vendas, gasas, agua oxigenada, algún antiséptico, alcohol y algodón, entre otros productos.