Ejemplos de requerimientos funcionales
Cuando uno busca información sobre sistemas de software, comienzan a adquirir relevancia conceptos que exigen dominar ciertos conocimientos y saber en detalle las características de técnicas y procesos relacionados a este ámbito. Los requerimientos funcionales, al igual que los denominados no funcionales, son parte de esta estructura que gana importancia al hacer foco en el desarrollo de un programa informático.
De acuerdo a la teoría, los requerimientos funcionales fijan el comportamiento de un sistema y señalan las utilidades o servicios que ofrecerá, es decir, marcan qué brinda pero no hacen alusión a la forma en la cual se llevarán a cabo los recursos o acciones contemplados en cada ocasión.
Al analizar los componentes y las características de un software en particular, es posible reconocer como parte de los requisitos funcionales diferentes propuestas que diversifican la oferta de programas y vuelven más específicos a los sistemas porque indican, de alguna manera, qué responsabilidades asume cada sistema en función del objetivo que ha impulsado su desarrollo. Procesamiento de datos, contadores de visitas, habilitaciones de usuarios, actualización de perfiles, asignaciones de permisos, distribución de tareas, cálculos de diversa índole y registros técnicos son, por mencionar algunas referencias concretas, posibilidades que pueden llegar a ofrecer los sistemas de software si se los prepara específicamente para ello.
Más allá de qué funcionalidad posea cada uno de estos productos, es importante tener siempre presente que los requerimientos funcionales se complementan en todos los casos con los requerimientos no funcionales, encargados de establecer cómo se implementan y/o diseñan las funciones descriptas o reconocidas por los primeros.