Ejemplos de solidificación
Se conoce como solidificación al proceso en el cual un líquido termina en estado sólido. Para observar de cerca este fenómeno no hace falta ingresar a un laboratorio ni manipular sustancias atípicas para el común de la gente: con experimentos fáciles y acciones sencillas podemos comprobar en nuestro propio hogar en qué consiste la solidificación.
Muchos fluidos, por acción de las variables térmicas u otras influencias, pueden volverse sólidos. El caso más común es el del agua puesta en un congelador o freezer: al cabo de un tiempo, esa cantidad de agua expuesta a bajas temperaturas se convertirá en hielo. También frente a la gelatina y la miel es posible apreciar el proceso de solidificación.
Otra situación que puede advertirse en cualquier hogar donde esté en funcionamiento una impresora es la solidificación de la tinta, que exige tareas de limpieza en el equipo y un intento de licuar el producto solidificado para poder aprovechar al máximo el producto. Por otra parte, si uno analiza ciertas preparaciones gastronómicas notará que muchos ingredientes necesitan la solidificación para exhibirse de modo tentador. Un claro ejemplo de esto son las tabletas de chocolate ya que, más allá de la variedad, este alimento puede utilizarse en barra, fundido y en polvo: si se lo expone a altas temperaturas, se derretirá y se solidificará al enfriarse.
Al mismo resultado de solidificación se llega, de acuerdo a bibliografía especializada y casos prácticos, al trabajar con parafina, con azúcar, con azufre líquido o con sangre, por mencionar algunas posibilidades a modo de referencia.