Ejemplos de transferencia de energía
Al analizar dos cuerpos o elementos en contacto podemos descubrir que entre ellos se transfiere la energía. Existen varias formas de lograr la transferencia de energía, algunas de las cuales describiremos a continuación.
La energía puede propagarse por el espacio, por ejemplo, a través de ondas electromagnéticas, las cuales no requieren un medio material para extenderse, tal como sucede con la luz que podemos observar y las ondas que nos permiten escuchar radio y ver televisión.
La energía térmica, en cambio, puede transferirse por conducción. En este caso, se produce por contacto directo y no se evidencian intercambios de materia debido a que el calor va desde el cuerpo con más temperatura a otro más frío en contacto con él. Asimismo, es posible identificar como alternativa de transferencia de energía térmica a la convección, un fenómeno basado en la distribución de calor a través de un fluido capaz de llegar a áreas con niveles diferentes de temperatura.
Existen varias acciones con las cuales generamos a diario transferencias de energía sin estar en un laboratorio ni ser expertos en cuestiones físicas o químicas. Con sólo poner a hervir agua en nuestra cocina, por describir un caso cotidiano y fácil de reconocer, ya provocamos que se transfiera energía porque la temperatura se incrementa en todo el líquido. También logramos un traspaso de energía cuando prendemos una estufa: con este sistema, el aire del ambiente en cuestión, que está frío, comienza a calentarse y se logra de este modo que el lugar esté calefaccionado.