Ejemplos de aprendizaje significativo
Si alguna vez leíste u oíste la expresión “aprendizaje significativo” y no lograste comprender por completo en qué consiste, seguramente este artículo te resulte de gran utilidad para aclarar dudas y adquirir nuevos conocimientos.
Antes de detallar qué es, en la práctica, el aprendizaje significativo, recordaremos que quien impulsa esta idea es el pedagogo y psicólogo norteamericano David Ausubel. Para evitar conceptos complejos, nos limitaremos a señalar que, de acuerdo a este experto, se produce un aprendizaje de carácter significativo cuando el alumno puede asimilar información novedosa a través de la combinación y la conexión con datos ya asimilados con anterioridad. En otras palabras, el aprendizaje es significativo cuando se adquieren nuevos saberes a partir de información conocida que permiten contextualizar y darle un sentido más relevante a lo aprendido.
Por describir un caso que refleje el alcance del aprendizaje significativo: una maestra, varias clases después de haber dado lecciones de Botánica y explicado a sus alumnos las diferentes formas de energía con ejemplos de cada una, lleva a los estudiantes a un parque lleno de plantas. Allí observan distintas especies y entran en contacto con procesos donde, por ejemplo, es clave la energía solar. Explicar la fotosíntesis en ese marco, permite a los escolares refrescar conocimientos y asociar ideas para llegar a la conclusión por sí mismos de cómo una planta puede transformar materiales inorgánicos en materia orgánica.
El aprendizaje significativo, asimismo, da lugar a una mayor libertad respecto a la enseñanza convencional. En este contexto, el profesor o maestro no da órdenes sino pautas básicas de trabajo incentivando la creatividad y priorizando la lógica, los instintos y los saberes previos del alumno. Por ejemplo: para un aprendizaje significativo, después de repasar con niños de jardín de infantes profesiones y oficios haciendo foco en las actividades laborales de cada uno de sus padres, la maestra puede pedir que los pequeños dibujen qué quieren ser cuando sean grandes. Nada se dirá de los colores a utilizar ni de con qué hacer la obra: sólo se les pondrá elementos adecuados a disposición. Así, los chicos elegirán si dibujar en tela, cartón o papel; si usar crayón, tiza, marcador, lápiz o tinta; etc.