Ejemplos de castigos
Los castigos surgen como correctivo, escarmiento o sanción tras una falta, error o delito cometido por alguien. La gravedad del hecho cometido y el contexto en el cual se desarrollan son cuestiones que se tienen en cuenta al momento de establecer el castigo, que muchas veces intenta ser aleccionador.
Por ejemplo: Una madre le ordena a su hijo hacer la tarea del colegio y estudiar para el examen del día siguiente pero el chico, desobediente, la ignora y comienza a jugar con el ordenador (computadora). La mujer, al advertir la situación, se enoja, lo obliga a apagar el equipo, a ocuparse del estudio y, como castigo, lo deja sin Internet hasta el fin de semana.
Un niño pequeño que ha generado un desastre en la cocina por hacer la travesura de subirse a una silla y examinar los paquetes de yerba, harina y azúcar que sus padres guardaban en un estante alto para que él no acceda a ellos, por su parte, recibe como castigo la orden de ayudar a limpiar la mesa y el piso y, por esa noche, le quitan el “premio” de ver dibujos animados antes de dormir.
Una persona mayor de edad que comete una infracción de tránsito (por ejemplo, pasar un semáforo en rojo o exceder la velocidad permitida), por su parte, puede enfrentar una multa de monto variable como castigo.
También hay castigos severos para deportistas que cometen faltas graves. Un jugador de fútbol que, con una marcada mala intención, golpea a un rival con fuerza y le genera una fractura, por describir una situación posible, puede llegar a recibir como castigo varias fechas de suspensión.