Ejemplos de cofactores
La teoría indica que un cofactor está compuesto por un factor que se une a otro (o a una cantidad determinada de ellos) para generar o producir una determinada cosa. Para ayudarlos a saber más sobre este concepto y a identificarlos en la práctica sin mayores dificultades, a continuación daremos precisiones sobre las distintas clases de cofactores que se pueden reconocer.
A grandes rasgos, es posible diferenciar dentro del conjunto de los cofactores a las moléculas de carácter orgánico que reciben el nombre de coenzima (de las cuales ya hemos aportado información en un artículo anterior) y a los iones metálicos.
Cabe resaltar que, en este contexto, se considera como cofactor a los componentes termoestables, de masa molecular baja y de características no proteicas que se necesitan para que actúe una enzima.
Por describir un caso puntual: existe, bajo el nombre de molibdopterina, un tipo de cofactor que se encuentra en prácticamente en todas las enzimas que tienen molibdeno, así como también está presente en todas las que poseen tungsteno.
Otra alternativa es el denominado piridoxal fosfato, un cofactor que, según los expertos, tiene la capacidad de funcionar como un sumidero de electrones con el propósito de lograr la estabilidad de los intermediarios carbaniónicos ya sea en las reacciones de eliminación como en las de sustitución donde están involucrados diversos compuestos aminados.
Asimismo, es posible indicar como cofactor proteico a la colipasa, fundamental para una óptima dinámica de la lipasa pancreática, que se encarga de realizar una hidrólisis de los triglicéridos que se adquieren a través de los alimentos.