Ejemplos de convergencia
Para comprender en qué consiste la convergencia, primero hay que recordar qué significa convergir. Según la teoría, se trata de algo (líneas, ideas, opiniones, etc) que coinciden en un punto o se conducen hacia un mismo fin.
Los expertos en Matemática, por indicar una posibilidad concreta, diferencian entre convergencias puntuales (donde una serie de funciones puede llegar a converger a una función específica) y convergencias uniformes (en este caso, se observa que las sucesiones que convergen de modo uniforme también convergen de manera puntual).
La idea de convergencia en probabilidad, por su parte, abarca la opción de que aumente, al analizar una muestra, el valor de una variable de tipo aleatorio hasta acercarse al valor de una constante con una probabilidad mayor.
Cuando un par de flujos de aire de disposición horizontal se encuentran en un cierto punto, asimismo, los meteorólogos dan cuenta de la existencia de una convergencia. De advertirse una equivalencia entre las temperaturas de ambas masas, se hace referencia a una línea de convergencia.
De señalar a la zona de convergencia intertropical, se centrará la atención en torno a un área de baja presión formada en la franja ecuatorial a partir de la convergencia de aire húmedo y cálido. La Antártida, en tanto, permite apreciar una convergencia antártica, donde hay una convergencia que reúne a corrientes tibias de la región subantártica con las frías aguas del océano Glacial Antártico que fluyen en dirección al norte.
Al estudiar la evolución de las especies, por último, no hay que dejar de tener en cuenta a la convergencia evolutiva, que puede estudiarse específicamente a nivel molecular.