Ejemplos de cuadros comparativos
Cuando se necesita organizar datos y realizar un cotejo entre dos o más cuestiones, objetos o seres para reconocer las similitudes y diferencias entre ellos, uno de los recursos más aconsejables por la utilidad que poseen es el cuadro comparativo.
Se trata de una herramienta gráfica compuesta por columnas y filas en la cual se puede desarrollar, en pocas líneas, una descripción de cada elemento para poder concretar una comparación.
Se puede elaborar un cuadro comparativo, por ejemplo, para resumir y rescatar los datos más trascendentes de un texto. Si tenemos que estudiar literatura, por señalar una posibilidad, seguramente podamos armar un cuadro comparativo para incluir, con sus respectivos detalles, a los géneros y subgéneros. Por un lado, entonces, aparecerán los géneros lírico, dramático, narrativo y didáctico según la interpretación moderna y, como parte de ellos, subgéneros narrativos (donde se incluyen a la epopeya, el cuento, la fábula, la novela, etc), subgéneros didácticos (como las crónicas, el ensayo, la biografía, etc), subgéneros dramáticos (comedia, tragedia, farsa) y subgéneros líricos (sátiras, canciones, odas, elegías, etc).
Del mismo modo, podemos armar un cuadro comparativo tomando los datos más destacados de un texto focalizado en los reinos animal y vegetal. Gracias a este esquema de trabajo, lograremos identificar con facilidad las semejanzas y diferencias que existen entre los animales y las plantas. Por ejemplo, en ambos grupos hay seres que nacen, crecen, se reproducen y mueren, pero no en la totalidad de los conjuntos mencionados hay organismos capaces de moverse o trasladarse por voluntad propia. Tampoco todos respiran de la misma manera ni tienen descendencia por un único método. Por eso, ante este panorama, el cuadro comparativo (si está completo y bien realizado), aporta claridad y contribuye a asimilar información de forma sencilla y rápida.