Ejemplos de energía
Para llevar a cabo cualquier acción cotidiana, nuestro cuerpo necesita energía, es decir, fuerza, vigor y voluntad. “Estoy agotada, no tengo más energía: necesito dormir”, “Los niños son muy activos, tienen una energía inagotable… ¡no se cansan nunca!” y “La nutricionista me recomendó consumir alimentos que me aportan energía y son sanos” son oraciones centradas en esta interpretación del término.
Quienes creen en las vibraciones y el poder de la mente, por su parte, aluden a las buenas y malas energías, o bien a las energías positivas y negativas. Mucha gente, por ejemplo, se rige por el Feng Shui para atraer la buena energía en el hogar y/o en el sitio donde trabajan, ubicando los muebles de una manera especial, utilizando ciertos colores, etc. Hay, además, quienes creen en las energías negativas o “malas vibras” y entonces intentan estrategias para combatir la mala onda de la gente que se les acerca.
El movimiento, en tanto, se inicia gracias a la energía mecánica, a la energía cinética, a la energía potencial (si analizamos el recorrido de los carros en una montaña rusa advertiremos que en la parte más alta alcanza su energía potencial gravitacional máxima) y a la energía electromagnética.
Y si pensamos en un servicio que, en muchos hogares del mundo, permite desarrollar una amplia variedad de acciones (como ver televisión, utilizar electrodomésticos, cocinar, iluminar un ambiente de manera artificial, entretenerse con una consola de video o un ordenador y mantener en funcionamiento un equipo de audio) no podemos dejar de mencionar a la energía eléctrica.