Ejemplos de enajenación
El acto de enajenar da como resultado una enajenación. Son muchas las interpretaciones y aplicaciones de este concepto. Se habla de enajenación mental, por ejemplo, frente a un cuadro de locura en el cual la persona afectada pierde el juicio, está fuera de sí y no controla su proceder. Ante este panorama, desde el campo del Derecho se considera que la enajenación es un estado propio del sujeto que, de manera transitoria o con carácter permanente, no es responsable de las acciones que lleva a cabo, de ahí que sea fundamental determinar este cuadro para poder establecer si el acusado de cometer un delito grave es culpable o inocente.
Mucha gente que lleva a cabo crímenes o actos vandálicos con consecuencias variables termina internada en neuropsiquiátricos por enajenación mental. No todos los cuadros son iguales, por eso es necesario que los profesionales de la salud evalúen el estado de cada paciente y determinen si han sufrido episodios de enajenación o qué clase de trastorno padecen para poder darles el tratamiento adecuado. A lo largo de la Historia, se han registrado en el mundo situaciones de incendios que destruyeron inmuebles y vehículos ocasionados por pirómanos y numerosas personas han muerto en manos de sujetos que, con sus facultades mentales alteradas o anuladas, les han quitado la vida de diversas maneras: con armas blancas, armas de fuego, con golpes, etc.
Las drogas, el exceso de alcohol o un traumatismo pueden derivar en la perturbación que genera la enajenación, pudiéndose observar en ocasiones también en personas sometidas a mucho estrés que sufren desequilibrios emocionales.