Ejemplos de fascismo
La teoría encuadra al fascismo como un movimiento de carácter social y político de espíritu totalitario que tuvo lugar en suelo italiano durante la primera mitad del siglo XX. La exaltación del sentimiento nacionalista, el corporativismo y el accionar autoritario son parte de sus rasgos distintivos.
Esta ideología la impulsó el dictador italiano Benito Mussolini una vez finalizada la Primera Guerra Mundial y, con el tiempo, se expandió más allá de las fronteras sirviendo de modelo para la organización de distintos países.
Hoy en día, el concepto de fascismo continúa vigente pero adaptado a modalidades modernas. Así ocurre, por ejemplo, con el movimiento neonazi (también conocido como neofascismo) que lleva a quienes adoptan esta corriente a la violencia callejera, por señalar un signo habitual. El fascismo de izquierda, en tanto, es una expresión extendida a partir del sociólogo y filósofo alemán Jürgen Habermas para identificar el accionar, durante los años sesenta, de las organizaciones terroristas enmarcadas en la extrema izquierda.
Es interesante resaltar, por último, que esta noción se aprovecha como adjetivo en líneas generales para definir a las posturas e ideas marcadas por el autoritarismo, la intolerancia, las motivaciones racistas y el rechazo hacia las minorías o personas marginadas.
En suelo español, por señalar otro caso a modo de referencia, Alberto Garzón, el candidato de Izquierda Unida – Unidad Popular, hizo un llamado de atención a través de un discurso en el cual aludió al auge de las corrientes fascistas en territorio europeo donde, según expresó, los estallidos sociales pueden desencadenar el fascismo. Donald Trump, por su parte, también se ha ganado en Estados Unidos calificativos como “fascista” por parte de múltiples organismos y personalidades.