Ejemplos de gestos
Utilizando parte de nuestro cuerpo (rostro, manos) podemos expresar o transmitir algo, ya sea bueno o malo, positivo o negativo. A estas expresiones se las define como gestos.
Hay gestos graciosos (una mueca con la boca que nos haga reír, por ejemplo), gestos de provocación (sonrisas burlonas, movimientos que inciten a la pelea), gestos de tristeza (llanto, ojos apagados), gestos de alegría y felicidad (carcajadas, sonrisas), gestos obscenos (ofensivos, fuera de lugar, repudiables) y gestos románticos (miradas), entre otros.
Las acciones, por su parte, también pueden ser consideradas como gestos. “Valoro tu enorme gesto de generosidad al obsequiarme esta joya tan significativa para ti”, “Me emocionan los gestos solidarios, de nobleza pura”, “Que me hayas llamado para pedir disculpas es un buen gesto”, “Creo que no fue un gesto sincero sino una estrategia para ser políticamente correcto”, “Las autoridades esperaban un gesto de cortesía por parte de sus pares extranjeros”.
Otras situaciones donde los gestos cobran una gran relevancia:
En un partido de fútbol donde la violencia iba en aumento, el capitán del equipo que jugaba de local hizo un gesto para tranquilizar a los simpatizantes bajando ambas manos en señal de calma.
Una flamante madre, al recibir visitas horas después de haber dado a luz a su hijo, puede hacer el típico gesto de silencio llevando uno de sus dedos a la boca con sus labios cerrados para evitar que se despierte su bebé, mientras que las cámaras de televisión al cubrir una marcha de vecinos en reclamo de justicia pueden captar gestos de desconsuelo, bronca y desesperación al mostrar los rostros de los participantes.