Ejemplos de movimientos involuntarios
Así como el ser humano y otros animales realizan movimientos voluntarios, a lo largo de su vida estos seres vivos también pueden experimentar movimientos involuntarios que surgen por diferentes razones y, en algunos casos, se mantienen constantes agravándose con el paso del tiempo.
Una lesión nerviosa, por señalar una posibilidad, puede derivar en pequeños espasmos musculares que quien la sufre no logra controlar.
Los temblores en diferentes partes del cuerpo producidos por enfermedades o condiciones especiales del individuo, los tics y el hipo son parte de los movimientos involuntarios más frecuentes. Algunos sienten que los ojos o los párpados les laten y se contraen sin que ellos puedan revertir la situación, otros se inquietan cuando sus dedos se mueven o tiemblan sin que los puedan dominar, hay quienes se quejan por tener un tic que les afecta la boca a partir del movimiento descontrolado de los labios, etc.
Una parálisis cerebral, el consumo de estupefacientes, un cuadro de hipoxia, un tumor, un trastorno convulsivo y un accidente cerebrovascular son algunos de los problemas que pueden explicar el desarrollo de un movimiento involuntario en brazos, piernas, rostro o cuello.
Si los movimientos involuntarios desaparecen en poco tiempo, no hay razones para consultar al médico ya que podrían ser resultado de un simple cuadro de cansancio (o de agotamiento por no haber dormido lo suficiente) o un estado de nerviosismo, pero si se reiteran y se combinan con otros síntomas es fundamental acudir a un profesional del ámbito de la salud para poder arribar a un diagnóstico certero.