Ejemplos de productos de consumo
Cuando hablamos, en líneas generales, de productos de consumo, solemos hacer referencia a todos aquellos elementos de carácter tangible a los que accedemos tras pagar por ellos.
En base a esta definición, es fácil deducir que en un centro comercial, un supermercado y en negocios comerciales de múltiples rubros hay infinidad de opciones que pertenecen al conjunto de los productos de consumo.
Estos objetos, dicen los expertos en Marketing, pueden clasificarse en función de su duración como bienes de consumo duraderos y bienes de consumo no duraderos. Los primeros, según se desprende de la teoría, son productos que ofrecen la opción de ser aprovechados a lo largo del tiempo sin riesgos de evaporación, agotamiento o eliminación, como ocurre frente a un electrodoméstico, un mueble, una herramienta, un vehículo, el calzado, la indumentaria o un juguete.
Los definidos como no duraderos, en cambio, son aquellos que se aprovechan de una única vez, como ocurre con la nafta imprescindible para el funcionamiento de un automóvil, un alimento, una bebida o una golosina, por citar algunas posibilidades.
Cabe resaltar que, más allá de esta clasificación, también es posible diferenciar a los productos de consumo personales de aquellos que se reservan para consumo comercial. Hay, en este marco, productos de conveniencia (como una aspirina, una bebida cola o un chicle); productos de compra comparada (como sucede con la ropa y los productos tecnológicos, donde se busca el mejor precio y se evalúa la calidad de cada artículo ofrecido); productos de especialidad (prendas de alta costura, coches de alta gama, etc.); productos no buscados (como un seguro de vida).