Ejemplos de choques elásticos
Los expertos en Física definen como choque elástico al impacto entre al menos dos cuerpos sin que esta colisión provoque una deformación permanente en las piezas involucradas. Cuando ocurre un choque elástico, sostienen los expertos, el sistema no ve afectada la energía cinética y se logra conservar el momento lineal: tampoco se producen intercambio de masas entre los elementos, que logran separarse tras el impacto.
Con experimentos sencillos que no representan riesgos para nuestra integridad física podemos, en nuestros hogares, descubrir por sí mismos en qué consiste un choque elástico.
Si, por ejemplo, tomamos un par de monedas y, sobre una mesa, las empujamos con el fin de generar entre ellas un encuentro brusco, lograremos un choque elástico: tras impactarse sobre uno de sus lados, ambas saldrán despedidas para diferentes puntos conservando sus propiedades originales.
De hacer la prueba con una manzana y una ciruela, es decir, dos elementos con masas diferentes, también conseguiremos entre ellas un choque elástico si las empujamos, con sentidos opuestos, con la misma potencia para que se desplacen con una velocidad similar. El resultado que obtendremos será que, una vez producido el impacto, ambas frutas saldrán despedidas hacia lados diferentes, alejándose entre sí.
Algo similar ocurrirá si, con fuerza y una orientación adecuada, provocamos el encuentro brusco entre dos o más pelotas, un par de zapatillas, dos vehículos plásticos de juguete, un par de piedras, dos anillos, etc: ninguno de estos objetos al colisionar perderá sus formas y cada uno se desviará, con mayor o menor potencia y velocidad según cada caso, hacia puntos distintos producto del denominado choque elástico.