Ejemplos de decisiones programadas
En la vida cotidiana, por muchos motivos, nos vemos obligados a tomar decisiones, algunas más importantes y trascendentes que otras. En este marco aparecen, entre otras, las decisiones programadas.
Esta clase de resolución permite ganar tiempo y evitar análisis recurrentes porque soluciona cuestiones que pueden llegar a generarse de manera frecuente. Una decisión programada eficaz para organizar y mantener situaciones bajo control en una empresa, por señalar un caso puntual, puede ser la de aclarar con anticipación en contratos o avisos corporativos que toda consulta o reclamo se derivará al sector correspondiente, desde donde se les responderá o contactará en un plazo no superior a siete días hábiles. De este modo, la compañía se respalda en esta aclaración para no tener que explicar a diario por qué tal caso individual aún no ha sido resuelto.
En toda decisión programada, como se deduce de la práctica, existe la planificación. Uno debe adelantarse al eventual inconveniente para saber cómo actuar siempre de la misma manera, para no tener que estudiar caso por caso y perder tiempo en esas resoluciones. Por eso, otra decisión programada puede ser la adoptada y puesta en práctica en cualquier local gastronómico donde se instruya al personal a fin de que, cuando exista un error grave en el servicio (una comida o bebida en mal estado o que el camarero derrame sobre el cliente lo que lleva sobre su bandeja, entre otras situaciones), se bonificará tal consumición para que el cliente no deba gastar dinero allí si la atención no fue óptima.