Ejemplos de polisacáridos
En el campo de la Química se utiliza el concepto de polisacárido para identificar a los hidratos de carbono conformados por una extensa cadena de monosacáridos. Se trata, según establece la teoría, de polímeros que pueden llegar a descomponerse en estructuras más pequeñas.
De acuerdo a los expertos en el tema, es posible distinguir entre polisacáridos de reserva (conjunto donde aparecen, por ejemplo, el glucógeno y el almidón), polisacáridos estructurales (marco en el cual adquiere un protagonismo especial la celulosa), homopolisacáridos (si en la composición se repite algún monosacárido) y heteropolisacáridos (si en su estructura se repite de manera ordenada un disacárido compuesto por dos clases de monosacáridos).
Más allá de las alternativas mencionadas líneas arriba, al buscar más referencias concretas que permitan descubrir cuáles y cómo son los polisacáridos, también ganan relevancia la quitina (tal el nombre de un carbohidrato presente en la pared celular de numerosos hongos, en el dermatoesqueleto de artrópodos, etc), el alginato (polisacárido aniónico que, señalan los especialistas, aparece en la pared celular de algas marinas pardas), la agarosa (producto de origen natural con múltiples aplicaciones en Bioquímica, Biología Celular y Biología Molecular), la calosa (posee origen vegetal), el dextraño (un polisacárido ramificado y complejo que está conformado por un gran número de moléculas de glucosa), el xilano (es el que más abunda, tras la celulosa) y el ficol (considerado un polisacárido de carácter hidrofílico cuyo nombre ha sido registrado como marca por una empresa llamada GE HealthCare), por señalar otras opciones que ayudan a entender mejor las particularidades de los polisacáridos.